Reseña por L.A.
Bueno, gente, nuevo año. ¿Qué es lo que esperáis con más
ganas de este año en particular? ¿Cumplís los 18 y ya tenéis ganas de conducir?
¿La pitonisa os confirmó que encontraríais al amor de vuestra vida este año? ¿Las
nuevas temporadas de Digimon o Durarara?
¿Algún evento a gran escala al que por fin podréis asistir? ¿Un
videojuego en particular? ¿La tabla aerodeslizante que se supone existiría este
año según Regreso al Futuro? Como no
me podéis responder directamente al ser esto un artículo de un blog, supongo
sois conscientes de que esto va por plantear una introducción. Y es que yo, lo
que más espero este año (por ser 2015, y no un año entero por estrenar) es el
regreso de la saga que más ha marcado mi vida: BIONICLE.
Algunos sabrán qué es BIONICLE, otros tendrán sus sospechas
aunque no estén seguros; algunos no caen en la cuenta por no saberse el nombre
y otros no tendrán ni repajolera idea. Así que directamente pasemos a decirlo
sin más rodeos, que ya he dado muchos: BIONICLE es una de las ramas más famosas
y longevas que ha tenido jamás la conocida empresa de juguetes LEGO. Sí. Os voy
a hablar de juguetes de construcción.
Para los que aún no se hayan dado media vuelta y largado de
la página, como ya habréis deducido de lo que habéis leído hasta ahora, no voy
a tratar de BIONICLE porque sea una la mayor mierda pinchá en un palo jamás vista. Y es que es al contrario: por mucho
que lo creáis porque estemos hablando de muñecajos, BIONICLE posee una de
las mejores, más profundas, complicadas, brillantes y originales historias que
he leído jamás. No en vano, la saga duró 10 años durante los cuales siempre
se mantuvo entre las más vendidas de la compañía, y contribuyó enormemente a
salvarla del desplome total allá por 2001.
BIONICLE, acrónimo de Biological
Chronicles, fue creado como sustituto y descendiente de dos sub-ramas de
Technic (los LEGO más parecidos a Meccano, con más mecanismos y funciones)
conocidas como Slizers y Roboriders. Los primeros sets lanzados al mercado
consistían en seis robots humanoides vinculados a diferentes fuerzas
elementales: fuego, agua, aire, hielo, piedra y tierra; los que se muestran en
la imagen anterior (¿os suenan más ahora?). La historia era simple: en una isla
perdida en mitad del vasto océano, esos seis robots llegaban a la costa
flotando en misteriosos contenedores. Sin memoria de quiénes eran, se encontraban
con los aldeanos (también robots… bueno, técnicamente son formas de vida
biomecánicas, pero voy a referirme a todos ellos como robots para ahorrar
tiempo), cuyos sabios líderes eran conocedores de la razón de su existencia:
proteger la isla del terrible ser que la amenazaba, el Makuta. Al inicio de la
saga, Makuta atacaba a los aldeanos poseyendo la fauna de la isla con Máscaras
corrompidas, y los seis robots, denominados Toa (guerrero, en maorí y en el idioma de los aldeanos), debían buscar
las legendarias Máscaras de Poder para poder vencerle. A continuación os dejo el vídeo introductorio
de la historia, aunque en inglés (los usuarios somos muy vagos para subirlo en
castellano).
La historia pues consistía inicialmente en la clásica
cruzada en un mundo desconocido, sin conceptos difíciles pero si lo
suficientemente originales y propios para atraer a los niños. Además eran una
pasada en aquella época, prácticamente todo el mundo tenía uno en mi ciudad. El
éxito fue tal que LEGO continuó sacando nuevos sets, continuando la historia, y
al contrario que otras muchas sagas, BIONICLE no sólo mantuvo sus ventas sino
que crecieron. El segundo boom de BIONICLE vino en 2003 de mano de los Rahkshi,
los denominados “hijos del Makuta”, cuyo diseño enamoró de nuevo a millares de
niños en el mundo (a día de hoy, de hecho, se considera una de las razas más
queridas de la saga y la favorita de muchos). Fue tal el éxito acumulado por
BIONICLE que permitió a la empresa sacar su primera película: BIONICLE: La Máscara de la Luz (de la
que sale el vídeo de antes). La gran conclusión de la historia que había
empezado en 2001 pudo verse en DVD, introduciendo por fin a Makuta en su
verdadera forma y a un nuevo Toa, de elemento luz.
Sin embargo, LEGO es ante todo una empresa, y por muy
amistosa que sea no iba a dejar morir a esa gallina de los huevos de oro. En
2004, BIONICLE introdujo seis nuevos y totalmente diferentes Toa, en un mundo
totalmente distinto: se pasó de una isla tropical a una ciudad futurista. ¿Una
nueva historia? Entonces… ¿Por qué los nuevos Toa tenían el nombre de los
Turaga, los ancianos líderes de los poblados de la isla? Enganchando a los
críos con los nuevos diseños y el misterio presente, BIONICLE continuó vendiendo
con la precuela a los sucesos acaecidos en la isla y revelando que el mundo de
BIONICLE era en realidad mucho más inmenso que aquel tropical paisaje. Dos años
más tarde con más historia y sets, el fandom de BIONICLE ya se había
consolidado con fuerza alrededor del mundo.
La historia siguió durante 10 años, alternando diferentes personajes, mundos y periodos temporales, pero siempre interconectados entre sí. Por ejemplo, los protagonistas del arco de 2006 eran habitantes de la isla inicial, que tratando de ayudar a los Toa originales se convirtieron en Toa ellos mismos. ¿Random? Aunque parezca así, todo está bien explicado. Todo está bien narrado, justificado, los personajes bien definidos. La historia, complicándose cada vez más, revela sorpresas y maravillas superiores a muchas obras y sagas literarias de renombre mundial. Aquella pequeña isla tropical no era más que la punta del iceberg (casi literalmente) de un universo increíble, con decenas de razas, conflictos, historias y personajes.
Pero, si tanto vendía,
¿por qué razón se terminó, os preguntaréis? A saber. Jamás se dio una
razón concreta y exacta, pero la más consolidada y defendida (tanto fuera como
dentro de la empresa) fue que la cosa se les había ido de las manos. Con una
historia ya tan compleja y retorcida, los compradores más jóvenes tenían que
informarse de demasiadas cosas y además no precisamente sencillas, con lo que
se sentían perdidos y a causa de ello no sentían mucho interés por los sets. Realmente
no se pueda decir que LEGO empezara a perder dinero, porque como ya he dicho el
fandom era sólido y los sets se vendían muy bien (quizás ya no tanto como en el
pasado, pero se mantenía entre lo más vendido), pero también es verdad que los
sets llevaban un tiempo estancados con las mismas estructuras base en general,
lo que generó ciertas quejas; y sobre todo, no quedaba mucho por donde
continuar la historia sin recurrir a topicazos o generar un caos impresentable.
En definitiva, no querían dar más de sí el chicle. Una medida aparentemente
inteligente, pero que resultó bastante mal ejecutada al decidir terminar la
saga con unos sets, supuestos inicialmente conmemorativos, que eran
terriblemente sencillos y no ofrecían nada nuevo (cosa que irritó a cientos, si
no miles, de fans), y dejar de contribuir a la historia tras terminar el arco principal.
Es decir, las decenas de subplots fueron dejadas de lado, cedidas a su autor
más reconocido, Greg Farshtey, con la ayuda de las cabezas del mayor grupo fan
de BIONICLE, BzPower. Lo que no hubiera estado mal del todo de no ser porque
Farshtey seguía trabajando para otras ramas de LEGO y tenía una nueva familia
de la que ocuparse, con lo que finalmente la historia terminó congelada por su
falta de tiempo. En un subarco final particularmente interesante.
No tiene mucho sentido hablar de personajes principales en
BIONICLE, porque si bien existen algunos que tienen más protagonismo que otros,
hay una enorme cantidad de protagonistas. En particular, los principales son
los Toa, los héroes de la saga, aunque son unos 56 y por lo menos 19 tienen
gran importancia. Se suelen organizar por equipos, y LEGO solía dedicar dos
años a la historia principal de cada uno de ellos (aunque no por ello los otros
dejaban de aparecer). Aparte de eso, existen más héroes y personajes de suma
relevancia, así como diferentes facciones de intereses confusos y, claro está,
la villanía. Aunque en algunos casos eran diferentes a éste, casi siempre
estaban vinculados de algún modo a Makuta, o mejor dicho, La Hermandad de Makuta. Pues el nombre de Makuta no alude realmente
a un solo ser sino a una raza entera, que liderados por el presentado
inicialmente, buscan dominar el universo.
Factores además de la historia y los personajes vienen
definidos por las características insufladas al mundo de BIONICLE, por ejemplo
las armas, la fauna, la flora, la civilización, las razas, los poderes o las
Máscaras. Para no extenderme mucho más en esto, sólo hablaré un poco de los dos
últimos. Entre las principales razas tenemos a los Matoran, que presentan dos
fases evolutivas: Toa y Turaga. Los Matoran están vinculados a diferentes
elementos, con un total de 16, y si está en mano del destino se convierten en
héroes Toa: guerreros con acceso a poderes elementales. Cumplida su misión y
agotadas sus fuerzas, los Toa ceden su espíritu vital a nuevas generaciones de
Toa y se convierten en Turaga, ancianos con experiencia y algún poder elemental
residual que lideran los pueblos Matoran. Otra raza ya mencionada son los
Makuta, creadores de vida y muerte, con poderes elementales de Sombras y otras
42 habilidades llamadas poderes Kraata, que van desde el teletransporte al
control de insectos. Luego, están los Glatorian y Agori, especies que sirvieron
de inspiración para la creación de los Toa y Matoran (oops, ¿spoiler?), y otros
cientos de razas como los Visorak, los Vortixx, etc.
Con respecto a las máscaras, más popularmente conocidas como
Kanohi, éstas son un elemento característico de BIONICLE, con casi todos los
personajes estando vinculados a una. Así mismo, Matoran, Toa y Turaga no pueden
vivir sin máscara durante mucho tiempo, ya que se debilitan. Pero no sólo son
soportes vitales para ciertas especies: las Kanohi otorgan variados poderes en
función del ejemplar, siempre que el usuario tenga capacidad para acceder a
ellos (por ejemplo, los Matoran no pueden usar sus poderes). Así, se tienen máscaras con poderes tan sencillos
como la Ruru (Visión Nocturna) o la Kaukau (Respiración Acuática), poderes
vinculados a las habilidades físicas como la Kakama (Velocidad) o la Kadin
(Vuelo) o a las mentales como la Mahiki (Ilusiones) o la Matatu (Telequinesis),
poderes elementales como la Garai (Gravedad) o la Kraahkan (Sombras), poderes
extraños como la Iden (Espíritu) o la Mohtrek (Duplicación Temporal), y poderes
infinitos como la Ignika (Vida) o la Vahi (Tiempo).
Sí, BIONICLE no es sólo un enorme conjunto de robots de LEGO
sacados al mercado. Es una saga muy profunda y desarrollada, que cuenta con
cientos de cómics, decenas de libros, cuatro películas, varios videojuegos y
montones de seriales redactados online. Existen miles de cosas de BIONICLE,
desde armas de gomaespuma a tamaño “real” para los acólitos más jóvenes hasta
ropa de cama y disfraces, pasando por juegos de mesa e incluso reproducciones
en materiales preciosos de las máscaras Kanohi más emblemáticas, como las 30
Hau de oro (la que llevaba el primer Toa de fuego comercializado), la
legendaria Avohkii (la Máscara de la luz) de platino o las recientemente
reveladas versiones en oro de las 7 máscaras creadas para el retorno de
BIONICLE. Aparte de todo eso también están los aportes del fandom a través de
concursos, que van desde historias a dibujos pasando por creaciones propias
usando piezas de los sets originales. De hecho, ahora mismo se está
desarrollando la Batalla por la Máscara Dorada, en la que participantes a lo
largo del mundo se enfrentan presentando sus mejores creaciones para ganar una
de las 7 máscaras doradas antes mencionadas y en la que un humilde servidor ha
recibido una paliza de campeonato. Pero eso es otra historia.
Bueno, y los lectores que se hayan dignado a leer todo esto
quizás se pregunten, ¿por qué escribes sobre BIONICLE si es tan buena que no
merece estar en un sitio llamado el Imperio de lo Peor, y encima sabes que no
va a interesar a la gente, más interesada en anime y videojuegos? Hay decenas
de razones. Como homenaje a la saga original ahora que lanzan un reboot
(empiezan desde cero otra historia parecida, pero diferente), porque LEGO
también cunde bien entre los japoneses,
porque BIONICLE es una saga a la altura de Star Wars o el Señor de los Anillos
y quisiera recomendar a todo el mundo, o directamente, porque a mí se me dijo
que podía escribir de lo que me diera la gana y eso hago. ¡Arreando y feliz año,
que yo tengo un tren que coger!