Reseña por L.A.
Venga,
esta vez, vamos con algo un poco diferente de lo que habituamos a ver
en este blog. ¿Qué ocurre? No nos alarmemos, gente, tranquilidad.
Al contrario de lo que pueda sugerir el título, Red Vs Blue no es
algo malo. Al contrario, es una joya, una maravilla que bastantes
tienden a perderse por no darle importancia y a considerarla
simplemente el fruto de cuatro amigos haciendo el chorra. Cosa que
por cierto, hasta cierto punto, es.
Red Vs
Blue es el primer producto del grupo conocido como Rooster Teeth,
responsable de, además, la serie de animación RWBY, que ahora está
tan en alza últimamente. Como habéis visto por la imagen principal,
está relacionado con el universo de Halo, siendo originalmente un
grupo de amigos haciendo historias estúpidas mientras disfrutaban
una partida multijugador. La cosa evolucionó hasta un producto de
animación propia con la colaboración de la propia Microsoft, con un
gran fandom y numerosos beneficios e inversiones que convirtieron a
dicho grupo de amigos en una empresa dedicada a las series web de
animación. Una historia propia y profunda, con gran cantidad de
acción, emoción y cliffhangers, sin alejarse de su principal
propósito de hacer reír a la gente con su humor idiota… Y todo en
episodios de 5-10 minutos.
Entonces,
el título, ¿a cuento de qué viene? Pues simplemente, de los
protagonistas. La historia inicial trata acerca de dos equipos, uno
rojo y otro azul, en un barranco alejado de la mano de Dios, cuyo
propósito es tan sencillo como vencer al equipo rival para hacerse
con dicho territorio. Cabe decir que dichos equipos se componen de lo
peor del ejército, por supuesto, y que nadie los toma en serio:
básicamente, ambos bandos los largaron allí para tenerlos
entretenidos sin que molesten a nadie. ¿O quizás no? Conforme
avanza la historia, absolutamente todo se tuerce, se complica, se
explica. Cada chorrada, cada acción, cada surrealismo antes
visto se revela como parte de una intrincada y alucinante historia,
protagonizada por un grupo de idiotas que, en el fondo, siguen siendo
soldados peleando por lo que creen correcto.
Tenemos
inicialmente a seis protagonistas, que en los próximos episodios se
convierten en ocho, incluyendo varios recurrentes que cobrarán su
importancia conforme avance la serie. Se nota muchísimo la evolución
exagerada de los personajes durante The Bloodgulch Chronicles (que
abarca las cinco primeras temporadas), donde en los primeros
capítulos parecían gente normal y hacia la mitad de la serie ya
habían sido marcados profundamente por sus estereotipos. Cosa que,
generalmente horrible para casi cualquier obra narrativa, en este
caso no hace sino mejorarla (y más considerando la naturaleza
humorística de la serie). Destacaré, para evitar spoilers, a los
miembros de cada equipo únicamente.
El
equipo rojo se compone de Sarge (cuyo nombre verdadero jamás se ha
revelado), mayor rango de todo el barranco, un militar curtido con un
profudo odio hacia los azules (y Griff) y supuesto as de la mecánica;
Simmons, el lameculos de Sarge, un tipo inteligente que se ve
amargado e incomprendido en un mar de idiotas; Griff, el vago,
sarcástico, vicioso e inútil del equipo, enrolado en el ejército
por algún tipo de error; y Donut, un sospechosamente afeminado
individuo que, cosa curiosa, es el más talentoso de todos. Elementos
generales que rodean al equipo suelen ser un robot siempre programado
erróneamente para hablar un chapucero español llamado López, y un
vehículo armado todo terreno conocido en la franquicia como Warthog…
Cuya emisora de radio sólo emite canciones de mariachis.
Por su
parte, el equipo azul está liderado por Church, un sarcástico e
impaciente personaje que se convierte pronto en el eje principal de
absolutamente toda la historia de la saga; Tucker, el ligón salido y
uno de los pocos soldados medianamente talentosos del cañón
abandonado; Caboose, cuyo papel se resume como el tonto’l culo;
y finalmente Tex, una mercenaria contratada y la más poderosa
soldado jamás vista. Y ex-novia de Church. Generalmente, el equipo
azul es el que se ve metido en embolados más a menudo, teniendo
siempre entre manos artefactos peligrosos como robots armados, IAs
vengativas, bombas parlantes, tanques celosos, o el inútil de Doc.
No
puedo decir mucho más que no haya dicho ya. La serie inicialmente se
centraba en chistes sobre el juego de Halo, principalmente bugs
o características conocidas de éste, y aunque sigue manteniendo su
humor, éstos ya poco tienen que ver con el juego. Rooster Teeth ha
creado un universo propio, paralelo a lo que acontece en la saga de
Halo, con una historia profunda y épica que puede disfrutar
cualquiera (yo lo hice, y no tengo ni idea de Halo), y de la que
apenas puedo decir nada si quiero evitar spoilers. Los chistes están
presentes en cada esquina y abarcan un gran abanico de opciones,
desde visuales hasta juegos de palabras, originando chascarrillos y
frases que quedan grabadas para siempre. Desde la canción del
Warthog hasta el “Tucker did it”, pasando por todas las
situaciones sexualmente malinterpretables de Donut acompañadas del
“Bow Chicka Bow Bow” de Tucker o los accidentes provocados
por Caboose.
Para
terminar, os diré que existen actualmente 11 temporadas, más
spin-offs, sketches promocionales y vídeos extras de temática
varia, como disfrutar de una sesión de cine o planes contra los
zombies. Como ningún episodio dura más de 15 minutos (si mal no
recuerdo), no se hace pesado, es más, te terminas tragando unos
cuantos en maratón de tener la oportunidad. Es tal la adicción que
es la única serie que veo que nos reúne a unas cuantas personas en
casa para verla cuando tenemos una buena cantidad de episodios
nuevos. Aún sigue en emisión, y no parece que termine pronto, así
que tendremos Red Vs Blue para rato. Tanto para aquellos que
consideren mi criterio como aceptable, como para los que no,
recomiendo echarle un vistazo y, si es posible, dejarse absorber por
esta maravilla de serie. Vamos, que la veáis. YA.
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